En mi primer “post”, hablaré de algo muy común: el café, una de las bebidas más consumidas en el mundo. Sin embargo, como contiene cafeína, un conocido estimulante, a menudo se relaciona su consumo con estilos de vida poco saludables. Lejos de esta apreciación, el café es muy rico en antioxidantes y otros compuestos que le confieren un efecto beneficioso para nuestra salud.
La foto hace
referencia al primer artículo referente a este producto que encontramos en
PubMed, la fuente de información más utilizada en Medicina. Desde entonces han
sido numerosos los estudios que han analizado su efecto sobre la salud. Una de
las mejores revistas médicas, The New England Journal of Medicine, despertó nuevamente el interés sobre el
café con un artículo publicado en 2012. En dicho trabajo, realizado en EEUU, se encontró un beneficio proporcional entre el número de cafés/día y una
reducción de la mortalidad. Desde este artículo, han
proliferado nuevos estudios y metaanálisis (método estadístico que estudia el
efecto global de los diferentes estudios incluídos), que relacionan un consumo moderado de café
(3-4 cafés/dia) con una menor mortalidad global (cita) y cardio-vascular (cita). Este dato es de suma
importancia pues la mortalidad cardio-vascular supone la primera causa de muerte en los
países desarrollados.
El consumo de café, también
se ha relacionado con un menor riesgo de desarrollar Diabetes Mellitus. El ácido clorogénico
del café reduce la absorción intestinal de glucosa y la
resistencia periférica a la insulina, entre otros mecanismos favorables. Este
efecto beneficioso se observó también con el consumo de café descafeinado.
Además, determinados componentes del café (cafestol, kahweol, flavonoides, polifenoles,...), parecen tener un efecto anticarcinogénico, de
defensa antioxidante celular. Tal
y como hemos comentado, el café reduce los niveles de insulina, un conocido
factor de riesgo para el cáncer. El café también es un estimulante del
peristaltismo, lo que reduce el cáncer colorectal. De hecho, en otro
metaanálisis, el consumo moderado de café, se ha relacionado con un menor riesgo
de diversos tipos de cáncer.
Tomar un café, puede
representar también un espacio para tomar conciencia (mindfulness) del momento (notar
su color, su gusto, oler su aroma, oír el remover de la cuchara,...), pensar en
las cosas positivas del día, leer el periódico, un libro o aprovechar para
hablar con alguien. Saber disfrutar de estos momentos en el acelerado, impersonal y a menudo, perjudicial ritmo de vida actual, contribuirá también a mejorar
nuestro bienestar. Si tomas café habitualmente, tienes aquí unos argumentos para seguir haciéndolo de forma moderada, tomando
conciencia del beneficio que ello comporta para tu bienestar.
Quisiera finalizar con las conclusiones de ese primer artículo publicado sobre el café: "... cuando lo tomo (el café), me siento siempre más animado y apto para el trabajo después de las comidas"
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