18 de maig 2015

Jaque mate al dolor



En junio de 2013 la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), CONTRAINDICÓ el uso de diclofenaco (conocido como Voltaren®) en personas con enfermedad cardiovascular (CV), como insuficiencia cardíaca, cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular o enfermedad arterial periférica, y en aquellos sin enfermedad CV pero con factores de riesgo (hipertensión arterial, diabetes mellitus, hipercolesterolemia o tabaquismo), utilizarlo con especial precaución. El motivo fué por el mayor riesgo de desarrollar una enfermedad CV, especialmente cuando se utiliza a dosis altas (150 mg/dia) y durante periodos prolongados de tiempo. Utilizado de esta manera, un reciente estudio poblacional español ha relacionado el consumo de diclofenaco con el doble de riesgo de sufrir un ictus.

Por este mismo motivo, el 13 de abril de 2015, la AEMPS recomendó EVITAR el uso de ibuprofeno o dexibuprofeno a dosis altas (2.400 mg/día o 1.200 mg/día, respectivamente) en pacientes con enfermedad CV y considerar los factores de riesgo CV antes de iniciar un tratamiento a largo plazo con estos AINEs. Por otro lado, se remarca que NO existe mayor riesgo CV con el uso ocasional de ibuprofeno.

Si estás tomando AINEs de forma crónica, deberías consultar con tu médico para revalorar su riesgo-beneficio. Además, los profesionales médicos podrán estudiar cuál es el origen del dolor y sus mecanismos implicados. Desde 1965 se conoce la  teoría de la Puerta de Entrada del dolor, propuesta por Melzack y Wall, que explica la influencia múltiple en la selección de entradas del dolor. Existe una interrelación neuronal desde la médula espinal (láminas I y II de Rexed) a nivel cerebral (con participación del tálamo, sistema límbico y córtex) que hace que se abran o se cierren las vías del dolor. Este sistema, a manera de compuerta, puede abrirse dejando fluir o incluso amplificar el dolor a través de las fibras nerviosas ó cerrarse para bloquearlo. En esta regulación central del dolor, especialmente cuando se cronifica, interviene una amplia variedad de factores fisiológicos, psicológicos, cognoscitivos y emocionales, que regulan la percepción del dolor (Figura). Así, cuando experimentamos una distracción, se cierra la puerta del dolor y la percepción disminuye porque su interpretación es modulada por la experiencia de distracción.



Los AINES actúan a nivel periférico y no tienen efecto sobre este componente  central, donde reside la esencia del dolor crónico, tal y como nos explica en su blog el neurólogo A. Goicoechea. Por tanto el excesivo consumo de AINEs, no sólo puede suponer un mayor riesgo para sufrir una enfermedad CV, sino que además puede no lograr el efecto analgésico deseado. Una vez estudiado el dolor crónico por un profesional sanitario, es imprescindible tener en cuenta estos mecanismos centrales. De lo contrario, ocurre un fenómeno de sensibilización y memoria del dolor, con un alto componente emocional, que lo  perpetuará, tal y como lo comenta el neurofisiólogo experto en dolor, Dr. J. Montero Homs. La consideración de factores emocionales y psicológicos que pueden influir en nuestra sensación dolorosa, así como buscar distracciones, pueden reducir tu dolor. Y al contrario, una vida rutinaria, poco estimulante, un bajo estado anímico ó un malestar emocional, lo pueden intensificar. El abordaje de estos moduladores del dolor, puede reducir la intensidad de tu percepción, contribuyendo así a mejorar tu bienestar.

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